Título: Un amor entre acertijos
Pareja: Koyashige.
Comentario: Al fin~ He podido terminar el capítulo tres, perdonen por tenerles con la intriga, espero de verdad seguir esta fic proque quiero meterle muchas cosillas y cosas que les dejen pensar, me agrada como va al igual que mi Tegomass, sé que soy muuuuuuuy lenta pero hago lo que puedo, espero esta vez poder tenerlos a tiempo~. ^^ Gracias de paso por leer. ¡Espero les guste este capítulo!
La lluvia esa noche era realmente molesta, el ambiente húmedo y
ese frío combinado me hacían sentir de lo mas friolento por ello,
tuve que correr hasta llegar a una pequeña tienda que poseía un
diminuto techo lo cual me ayudaba a resguardarme un poco aunque
siempre que eso sucedía me traía malos recuerdos. Cerré mis ojos
queriendo poder relajarme a mí mismo, antes era peor aunque ahora
sentía que podría olvidarlo, debía de hacerlo, al menos por mi
bien y esos años que habia estado en tratamiento pero ese sonoro
ronroneo me llamó la atención haciendome reír y abrir un poco mi
chaqueta viendo aquel pequeño gato tricolor entre mis brazos,
temblaba y maullaba algo ahogado.
-Aguanta un poco, ya vamos a llegar pequeño.- Sonreí al verle
con sus ojos cerrados pero me preocupaba que fuese a enfermar; me dí
los ánimos y dejé que la lluvia me callese encima mientras que
intentaba correr lo más rápido que podía, necesitaba salir de allí
y de inmediato llegar a casa, darme un buen baño caliente y de paso
poder ayudar a ese pequeño gato el cual estaba muerto de frío igual
que yo.
Llegamos a casa a salvo y entramos de inmediato hasta que dejé a
ese minino en el suelo, no dejaba de seguirme y maullarme, cogí dos
toallas en el baño hasta que sequé un poco mi cabello, cogí a ese
pequeño animal entre mis manos para secarle con la otra toalla, pude
escuchar ese pequeño ronroneo que me hizo reír de inmediato así
que nada mas terminar lo llevé conmigo a la cocina para darle algo
de atún y de paso leche.
-Espero sea de tu agrado.- El gato no dudó nada en comer lo que
le había ofrecido, sabía que era algo arriesgado y más con lo de
la lluvia que todo lo había puesto mas difícil pero solo suspiré
para coger una taza de café, acomodarla en la mesita de la sala y
caer en el sofá con una de mis manos en mi frente.
-No sé como he podido hacerlo … Por un momento pensé que
entraría en crisis de nuevo.- Me mordí los labios nada mas al
recordarlo, antes no podía soportarlo, era imposible en la condición
en la cual me encontraba, fue demasiado peligroso en ese tiempo,
incluso una que otra terapia y pastillas que me tranquilizaban.
-Mejor ni recordar … Fue un mal tiempo, ¿No?.- Sonreí pero mi
sonrisa era asustadiza, no quería recordar un pasado que quería
olvidar; cerré mis ojos queriendo descansar hasta sentir el roce
helado de la pequeña nariz de ese gatito que se acercaba a mi y se
tumbaba al lado del sofá.
Reí un poco dejando que jugara con su nariz un poco, era
realmente simpático y no dudé en tomarlo en mis brazos para
llevarlo a mi habitación, lo mejor sería dormir un poco ya esa
noche, era demasiado tarde y tenía muchísimo trabajo que hacer, la
verdad, es que tenía una agenda demasiado ocupada, entre ello
comprar los víveres en la mañana, unos muebles nuevos en la tarde y
ya en la noche dedicarme por completo a mi trabajo.
-Buenas noches ...- Ya ese pequeño animal yacía dormido a mi
lado, lo cubri por completo con las mantas para yo poder cerrar mis
ojos y así al poco rato ser vencido por ese sueño que tenia
acumulado hace dias.
La mañana ya estaba siendo demasiado helada cuando tuve que
levantarme, era ese aire húmedo despues de la lluvia la noche
anterior, mi cuerpo estaba demasiado entumecido y no quería salirme
de la cama sinceramente pero tenía un horario que cumplir a toda
costa, solo que ese pequeño animalito empezaba a hacer mi día un
poco mas animado al verlo con la boquita abierta y su lengua se
notaba demasiado, no pude evitar reír hasta que piqué delicadamente
su nariz haciendole abrir sus pequeños ojos y empezar a maullar nada
más por ello.
La mañana solo la dediqué a tratar de bajar esa fiebre molesta
que tenía, creería saber que había cogido frío despues de estar
demasiado tiempo bajo la lluvia así que debía de tratar de bajarla
un poco para así poder de alguna manera estar mas estable y salir a
comprar como lo tenía previsto.
-No quiero enfermar.- Dije eso con desánimo acariciando el lomo
del pequeño minino, me tomé una pastilla junto con un buen baño
caliente hasta que decidí salir de casa rumbo al combini mas
cercano, fue realmente difícil comprar lo que necesitaba y de paso
cargar las bolsas hasta casa, me sentía realmente mareado, era una
sensación extraña, lo que menos quería era caer enfermo así que
nada mas llegué a casa después de un rato me dediqué a dormirlo
toda la tarde, la idea de ir a comprar esa tarde se había arruinado
por ello pero no así iba a obstaculizar las ganas que tenía de ir
al trabajo ese día, quería ver si volvía a correr un poco de
suerte como lo que había pasado la noche anterior.
Mi corbata rodeaba my bien mi cuello, mis manos lucían realmente
bien con ese anillo que le deaba un estilo más fino, delgado y
perfecto, mis zapatos acorde con mi traje gris. Ya estaba listo pero
excepto por algo que cambiaba en mi rostro.
-No puede ser.- Rozaba mis dedos finos en mis mejillas, estaban
sonrojadas y ardiendo, no pude bajar la fiebre ni durmiendo toda la
tarde por lo que debíaevitar cualquier contacto que dejase en vista
mi fiebre reflejada en mis mofletes
-¡Ah, se me hace tarde!.-Vi la hora y me sorprendí, había
pérdido tiempo mirándome al espejo y pensando en como ocultar mi
molesto mal estado de salud que terminar de prepararme, pude ver
aquel miníno durmiendo ya en mi cama, reí por lo bajo para dejarle
en el plato algo de atún y leche, pensaba que esa noche no llegaría
a casa hasta la madrugada así que era mejor dejarle un gran plato
para después venir a verle en la tarde.
-Nos vemos.- Me despedí pero cuando salí de mi habitación tuve
que aferrarme al mango de la puerta, cerré mis ojos esperando que
ese pequeño movimiento se pasase, mi cuerpo tambaleó un poco pero
pude recobrar mi estabilidad.
Tomé un taxi por cualquier riesgo, pensaba que llegando a pie o
tomar el coche me iba a dar problemas; ya estaba frente a la puerta,
sudaba un poco por los nervios hasta que pude traspasar la puerta y
ver a los chicos saludarme y luego Tegoshi venir corriendo a mi
encuentro, me abrazó refunfuñando de que se me había hecho tarde,
que el negocio ya iba a abrir pero de inmediato me sorprendió cuando
tocó mis mejillas esbozando un puchero.
-Estoy bien … No digas nada … por favor.- Se lo pedí,
necesitaba el dinero tanto como él, debía de comprar los víveres,
pagar la renta y esas cosas pero Tegoshi de inmediato empezó a
regañarme por ser un descuidado.
-Viniendo con fiebre no vas a ganar nada, ¿Sabes que eso te
quitará las ganas? ¿Sabes el riesgo de venir en este estado?.-
Asentí suspirando por lo bajo, él me conocía y no me tomaba las
cosas a la ligera cuando no me encontraba bien, pero esta vez hasta
él estaba sorprendido que viniese en ese estado por lo que solo negó
con un leve movimiento de cabeza.
-Debes de tener una buenza razón para venir así, ¿No?.- Ni
siquiera yo lo sabía, ni idea de porque arriesgaba un poco mi salud
solo para venir a trabajar, yo no era para nada así y luego él rió
pero enseguida retomar esa expresión tan seria en su rostro.
-Si haces algo mal, te enviaré a casa, ¿De acuerdo?.
-Ni
que fueras mi madre.- Ambos reímos a ese comentario cuando ya las
puertas fueron abiertas y los primeros clientes ya entraban por
ellas. Muchas chicas iban con mi compañero, él se lo tomaba muy a
la ligera queriendo ligar con ellas, eran especie de modelos
internacional al parecer, no dejaba de reír al ver esa expresión de
exageración en mirarla por todas partes, le invitaba copas y
demases; yo po lo contrario compartía una copa de vino blanco con
una señorita muy fina, un precioso vestido de brillo violeta con
toques de plateado, unos tacones altos de color negro y un pelo largo
y liso que caía por sus hombros, no podía evitar el tocarlo y
hacerla sentir sonrojada por mis acciones.
-He sido un atrevido, ¿No crees?.- Ella negó esbozando una
preciosa sonrisa que luego me hizo copiarle pero luego su mano fue
hasta mi mejilla, quería tocarla pero la detuve de inmediato, tomé
su mano con suavidad para jugar un poco con sus dedos largos, esas
uñas perfectas con un precioso color en ellas.
-Tus manos son suaves, ¿Lo sabes?.- Ella me pedía que no la
halagase tanto, que realmente no podía dejar de estar sonrojada de
que fuese tan atractivo y de paso un chico perfecto, ella no sabía
de mi vida, solo era mi trabajo hacer bien a los demás, darles cosas
que ellos pedían a gritos, un poco de atención y “sexo”; sus
labios se acercaron a los mios de una forma peligrosa llamando mi
atención, sonreí suave por ello respondiendo a ese beso, era suave,
lento y prolongado, mi mano se posicionó en su cuello tomando un
poco de su cabello entre mis manos pero al abrir un poco mis ojos
pude ver a ese chico, sus ojos pegados en los mios buscando algna
reacción, eso me hizo apartarme de ella de golpe y tener que usar el
mueble del bar como amortiguador.
-¿Tan mal lo he hecho?.- Esa pregunta me dejó descolocado, no
era su culpa, era mía, negué despacio para besar corto sus labios y
pedir disculpas por esa mala respuesta, me disculpé nuevamente
porque necesitaba mojar mi cara un momento, ya ese tambaleo no era
normal.
Llegué al baño sujetando mi cabeza entre mis manos, el lavadero
estaba frío que al roce de mis manos me quejé un poco, ¿Porqué
cuando él esta cerca tengo que volverme un tonto?, ya no era normal,
además que estaba mirandome, como si fuese de su propiedad, como si
esos ojos café oscuro observaran cada movimiento que hacía ante él,
una jugaba infiel para esa mirada penetrante que hizo dudar mi
actuar; mi rostro ya mojado con esa agua completamente helada no
ocultaba el sonrojo de mis mejillas, las rocé con mis dígitos
cerrando un momento los ojos, quería olvidarme de ello, esa fiebre
seguía molestando y tenía miedo de que me dominase por completo
hasta que una mano cogió una de las mías, de inmediato abrí mis
ojos notando esa mirada de hace unos instantes.
-¿Es qué … eres tan poco profesional que una fiebre o solo el
hecho de mirarte tengas que huir al baño a aclarar tus
pensamientos?.- ¡Diablos! ¿Porqué siempre encontraba las palabras
necesarias para hacerte sentir peor?
-¿Qué quieres? Estoy ocupado ahora … Sabes.- Escuché esa risa
divertida, yo había intentado antes alejarme de él, de alguna forma
aún que existiera entre nosotros esa línea de cliente y trabajador,
pero cuando actuaba de esa forma, tan atrevido y altanero me hacía
dudarlo, me gustaba esa actitud aunque sonase algo extraño de
admitir.
-Solo venía a dejarte algo ...-Dudé un poco en recibir ese
“algo” pero esa beso en mi cuello me hizo dudar en seguir,
recordar esas dos noches en que ya había saboreado más que mi
cuello, escuchado mis gemidos y esa imagen erótica al tener sexo, lo
peor es que con él yo era imposible de fingir, todo lo que me
conllevaba a él era mi verdadera forma de comportarme.
Guiñó su ojo dejandome desconcertado, ¿Cómo quería que
reaccionara a ello? ¡Idiota! Fue lo que pensé pero no pude
articular, era definitivo, solo quería jugar conmigo así que olvidé
todo y me dediqué a esa chica. Llegué a su lado besándola de una
forma apasionada, hasta ella se había asustado por la forma en que
mis labios se cortorneaban tan perfectos en sus labios, no dejaba de
sonreír a ello hasta que ese chico miró hacia nosotros pero solo lo
ignoré cogiendo ahora las manos de ella, deseaba poder llevarla a
una habitación de hotel, disfrutar de otra noche sin compromisos y
ya salíamos del local cuando se decidió. No dejaba de susurrarme
cosas al oído, incluso morder mi oreja haciendo sentir mi cuerpo
temblar un poco pero mi visa comenzaba a nublarse, trataba de
aguantar, debía de hacerlo como mi deber de dar el mejor servicio.
Sentía que el hoel estaba demasiado lejos y eso me tenía nervioso,
quería aguantar lo que más podía, aquella chica no dejaba de
abrazarme e insinuarse, parecer tan inocente pero todo iba a otro
enfoque y muy bien lo sabía, apenas pasando la puerta a la
habitación sus piernas querían abrazarme, no dejando que me
separase de ella.
-Eres … Realmente rápida.- Sonreí hasta que me lanzó a la
cama haciendome quejarme un poco, su pierna se dejaba ver de una
forma descarada por el vestido corto y rasgado de una pierna, me
mordí los labios al verle de ese modo, estaba sentada en mi cintura
paseando sus manos descaradamente por mi camiseta hasta desabotonar
cada botón de forma meticulosa, sus labios se dedicaban a besar mi
cuello, era quería calentarme y lo estaba logrando pero luego ese
calor comenzaba a ser aún más pesada.
Cerré fuerte mis ojos paseando mis manos por esas piernas suaves
y finas pero no sabía porque recordaba a ese chico, como me dominaba
en un momento, sus manos se habían memorizado mi cuerpo, siempre
teníamos encuentros algo sorpresivos, que ninguno de los dos pensaba
que iba a pasar pero esta vez no iba a pasar así, solo iba a
dedicarme a ella y mi trabajo. Mi cuerpo ardía, esa calor de ambos
cuerpos pedirse pero no era normal, ella ya jugaba a jugar con su
cuerpo, tocandose ella misma mientras que me quedaba pasmado viendo
su sensualidad pero no era igual, trataba de enfocarme en lo que
debía de hacer pero ni yo mismo era capas. Mis gemidos eran notorios
cuando jugaba de una forma juguetona con mi hombría entre sus dedos,
ya ambos desnudos pidiendo a gritos tener intimidad pero casi no
ponía de mi parte, me mordí los labios porque realmente no
reaccionaba, me sentía realmente ahogado y hasta ella misma lo notó,
me miraba enfadada, molesta, le arruiné la noche, esa en la que ella
quería acostarse con un hombre sin compromiso alguno y comenzó a
reciminarme muy enfadada; ella ya estaba vistiendo ese precioso
vestido que me dejó boquiabierto al acercarse a mi en el local, yo
me levanté asustado, estaba perdiendo a un cliente y no era bueno de
mi, mi jefe se iba a enterar y sermonearme por ello, tomé su mano
queriendo detenerla pero la zafó de inmediato, perdí el equilibrio
callendo a la cama y notando como cerraba fuerte la puerta dejandola
medio abierta, estaba tumbado en la cama con mi sábana apenas
cubriendo mi trasero, todo me daba vueltas pero escuché como la
puerta se cerraba con delicadeza, como unos pasos se acercaban a mi y
quise disculparme con ella hasta que unas manos frías rozaron mi
frente haciendo notar notoriamente la diferencia entre el frío y el
calor.
-Con esta fiebre es imposible que trabajes bien … Tu calor te
domina, tu cuerpo hierbe como nunca.- Esa voz, esos besos que se
dedicaban a cubrir toda mi espalda, sus labios frío hacían que mi
piel se erizase de inmediato, con una de mis manos me aferré a las
sabanas y su mano se posó encima de la mía enlazando nuestros
dedos.
-Tú estás helado ...- Se acercó a mi oído besando mi lóbulo,
ya mi miembro comenzaba a doler, era increíble como es que apenas
esos roces con él me hacían sentir tan desprotegido pero a la vez
seguro entre sus brazos.
-No te preocupes, cariño … No seré un bruto, sé como te
encuentra, lo molesta que es una fiebre, pero, mis ganas por hacerte
mío crecen, es necesario para mi … Déjate llevar ...- Me giré un
poco para ver su rostro, no era necesario mirarle para saber que era
él, sus labios sellaron los mios en un beso húmedo, su lengua
rozaba la mía, su boca la succionaba incluso separandonos por
pequeños hilillos de saliva, no creía lo que estaba pasando, igual
un juego de mi mente mareada pero me di cuenta de que no era así.
Nuestros cuerpos desnudos ya buscaban ese roce, su lengua
inspeccionando justo en ese punto sensible de mi cuerpo que solo él
conocía bien, me mordía los labios, gemía necesitado y él solo me
llegaba a enviarme a un lugar que bien conocía de antes, un mundo
solo de nosotros dos; sus manos paseaban por mi cuerpo, masajeando
mis nalgas con rudeza pero a la vez una amabilidad que solo yo podía
sentir, su mano fue a mi frente y luego a mis ojos para cubrirme un
poco y incorporarme de al forma en que su hombría ya se deslizaba
por mi interior haciendome gemir alto y doloroso pero mi voz fue
cubierta por gemidos ahora sellados por sus labios.
-No tengas miedo ...-Su voz realmente sonaba diferente, ese agarre
fuerte a su mano se fue aflojando dejandome llevar por él, esa
sensación tan única en la que ambos comenzabamos a volvernos uno,
esas embestidas adquirían un ritmo violento pero luego lento
capturando toda mi atención, era delicioso, fascinante aunque mi
cuerpo seguía estando caliente pero nada me importaba, él sabía
bien como hacerme llegar a otro nivel, incluso hasta estando enfermo.
Ya caía casi desplomado a esa cama la cual no dejaba de rechinar,
gemía necesitado por un poco más hasta sentir completamente su
semen en mi interior, incluso escurriendose por mis piernas, yo ya me
había corrido minutos antes que él y no pude más que caer a la
cama, ya no podía aguantar, mi cuerpo temblaba, dolía e incluso vi
una expresión de terror en su rostro al darse cuenta de como la
fiebre ya era insoportable, nunca pensé en ver una expresión como
esa en un precioso rostro joven y frío.
Algo frío cubría mi rostro y de paso mi frente, mi aliento era
tibio pero menos que la noche pasada, escuchaba a alguien caminar por
la habitación, hablando por el móvil al parecer, se notaba algo
alterado y no dejaba de disculparse a cada momento, se sentó a la
orilla de la cama para cambiar mi paño ya ahora tibio por uno más
frío pero cuando sentí que iba a moverse nuevamente tomé su mano
como una especie de acción rápida, me miraba pero no era capas de
verle bien a la cara, entrecerraba los ojos queriendo verle, pedirle
que no se fuese, que iba a recuperarme lo antes posible para
desalojar el lugar pero en lugar de eso no le dije nada, volví a
cerrar mis ojos no sin antes recordar unos labios suaves posarse en
los míos a la vez de un apretón de mano y un suspiro que consistía
solo en una palabra “Keii-chan”.
Abrí mis ojos al ya sentirme mejor, estaba solo y solo suspiré
fuerte, comletamente desnudo pero ya la fiebre había bajado, eso era
lo que más me dejaba tranquilo hasta que decidí por ir a darme una
ducha, realmente la necesitaba, estaba sucio y además con ese
aspecto aún convaleciente pero de igual forma ya un poco mejor.
Aún recordaba esos besos amables, esas caricias que seguían bien
mi cuerpo, como me hacía setir la persona más afortunada pero
despues de todo no era todo tan así, pegué mi frente al azulejo,
debía tratar de separar esos sentimientos que sinceramente
comenzaban a ser molestos, el como volvía a recordar un pasado que
no quería volver a revivir, no quería; algo doloroso apretaba mi
pecho, una memoria que deseaba perder alguna vez pero luego recordé
algo, una voz llamandome de una forma tan gentil, eso me hizo sonreír
un poco pero pensando que solo era producto de la fiebre y solo del
sentido en querer escuchar ser llamado nuevamente de esa forma.
Ya secaba mi cuerpo cn una de esas toallas blancas, a la vez que
arreglaba mi cabello después de vestirme por completo, debía de
volver a casa, arreglar las cosas y de paso ver a ese pequeño
minino, reí un poco, mi menten jugaba conmigo, imaginaba que mi casa
estaría hecha un desastre nada más llegar pero más que tomarmelo
mal reí de una forma graciosa.
-Será realmente gracioso pillarle con las manos en la masa.- No
dejaba de reír hasta que cogí mi saco ya saliendo de esa
habitación, en la recepción me encontré con que alguien ya habia
pagado y eso llamó mi atención, ladeé un poco mi cabeza pero
entregué la llave agradeciendo por todo, salí de allí escuchando
mi móvil sonar y contesté encontrandome con la voz de un enfadado
Tegoshi.
-Ah, vamos, no seas tan exagerado … Ya me encuentro mejor.-
Hablaba en un divertido tono infantil haciendome reír de inmediato.
-¿Qué no sea exagerado? Recuérdame quien es el que estaba
enfermo ayer, ¿Eh? Además que te fuiste sin decirme nada y eso me
puso realmente peor … Yo ...- Sonreí al escucharle de esa forma,
de paso pasé or una cafetería para desayunarme un café mientras
iba a casa.
-¿Cómo te ha ido ayer con las chicas?.- Quise cambiarle el tema
para que dejara de molestarme, para al menos saber como es que había
ido el día de ayer.
-Me dirás que soy un ligón~.- Pero realmente lo pasé bien, de
vez en cuando, deberíamos de acostarnos con chicas mas seguido~.
Además de que con hombres … Es más … Uhm, diferente.- Rei al
escucharle de ese moo y fue en que ibamos a quedar esa noche en el
negocio para beber a medida que esperabamos clientes pero me dijo que
no me esperase a pasarme con el vino, que aún seguía estando
enfermo.
-Bueno, bueno~. Tengo que colgar, nos vemos en unas horas.- Me
dijo que sí y terminé colgando para ya abrir la puerta de mi
apartamento encontrandome con el dulce maullido de ese pequeño
minino quien no dejaba de mirarme, rei por ello nada más hasta
empezar a comprobar la casa, no había sucedido nada y eso era
increíble.
No has hecho ningún desastre y eso es realmente increíble.- Reí
de inmediato para servirle un poco de leche y unas galletas que había
comprado en un negocio cercano de casa.
Pude verle pulular cerca de mi cuando ya depositaba esas galletas
en el platillo viendole comer animado por ello, me hice un emparedado
hasta caer al sofá ya un poco mejor, al menos esa molesta fiebre se
había ido y me dejaba un poco más tranquilo.
-Ah~.- Fui capás de decir pero una pequeña hoja de papel calló
hasta el suelo de madera, me impresioné un poco por ello notando que
había estado en mi saco todo este tiempo, la tomé entre mis brazos,
esas notas extrañas las cuales suponía que venían de ese chico,
era ya un hecho de que provenían de él pero siempre me dejaban con
una increíble incognita queriendo descifrarla, aún así sonreí
nada más volviendo a leer nuevamente esa frase.
“Porque
tú eres la parte de mí
Que
deseo no necesitar ”
No dejaba de leer aquello esbozando una pequeña sonrisa hasta que
noté un pequeño sobre de color blanco en mi puerta, ladeé un poco
ya que suponía que debia de ser una carta, reí leve por ello, era
una cosa obvia pero cuando fui a leer el remitente mi cuerpo tembló
no pudiendo creerlo.
-N-No ...- Tragué saliva forzosamente, eso no podía estar
pasando.
este capitulo me dejo muy confundida xD al parecer Koyama no tiene buena salud, y que es eso de su pasado que no quiere recordar? ahora la carta que apareció bajo su puerta... quiero el siguiente por que me quede con intriga jeje awww ese era Nyanta verdad? xD
ResponderEliminarme gusta esa relación host-cliente que tiene con Shige, va más allá de eso, parece un acosador, siempre sabe como encontrarlo xDDD jeje ese cliente
gracias Nagi Sama por este capitulo, lo estaba esperando ansiosa (y)
Me parece mentira que este sea por fin el capitulo ese que alla por principios enero me dijiste que solo te faltaba corregir! he tenido k volver a leer todo el fic para saber por donde iba! no puedes tener a tus lectoras asi, asi que espero que a partir de ahora subas los capitulos mas seguido, al menos no dejes pasar como 5 meses... por favor..
ResponderEliminarPues nada, ha estado interesante, ahora habra que ver que es esa carta que recibió Koyama, aunque quizas me puedo hacer una idea de por donde ira la cosa... aun asi, estaré pendiente de leer, asi que ya sabes!