sábado, 24 de mayo de 2014

Un amor entre acertijos (3/?)

Título: Un amor entre acertijos Pareja: Koyashige.
Comentario: Al fin~ He podido terminar el capítulo tres, perdonen por tenerles con la intriga, espero de verdad seguir esta fic proque quiero meterle muchas cosillas y cosas que les dejen pensar, me agrada como va al igual que mi Tegomass, sé que soy muuuuuuuy lenta pero hago lo que puedo, espero esta vez poder tenerlos a tiempo~. ^^ Gracias de paso por leer. ¡Espero les guste este capítulo!



La lluvia esa noche era realmente molesta, el ambiente húmedo y ese frío combinado me hacían sentir de lo mas friolento por ello, tuve que correr hasta llegar a una pequeña tienda que poseía un diminuto techo lo cual me ayudaba a resguardarme un poco aunque siempre que eso sucedía me traía malos recuerdos. Cerré mis ojos queriendo poder relajarme a mí mismo, antes era peor aunque ahora sentía que podría olvidarlo, debía de hacerlo, al menos por mi bien y esos años que habia estado en tratamiento pero ese sonoro ronroneo me llamó la atención haciendome reír y abrir un poco mi chaqueta viendo aquel pequeño gato tricolor entre mis brazos, temblaba y maullaba algo ahogado.


-Aguanta un poco, ya vamos a llegar pequeño.- Sonreí al verle con sus ojos cerrados pero me preocupaba que fuese a enfermar; me dí los ánimos y dejé que la lluvia me callese encima mientras que intentaba correr lo más rápido que podía, necesitaba salir de allí y de inmediato llegar a casa, darme un buen baño caliente y de paso poder ayudar a ese pequeño gato el cual estaba muerto de frío igual que yo.


Llegamos a casa a salvo y entramos de inmediato hasta que dejé a ese minino en el suelo, no dejaba de seguirme y maullarme, cogí dos toallas en el baño hasta que sequé un poco mi cabello, cogí a ese pequeño animal entre mis manos para secarle con la otra toalla, pude escuchar ese pequeño ronroneo que me hizo reír de inmediato así que nada mas terminar lo llevé conmigo a la cocina para darle algo de atún y de paso leche.


-Espero sea de tu agrado.- El gato no dudó nada en comer lo que le había ofrecido, sabía que era algo arriesgado y más con lo de la lluvia que todo lo había puesto mas difícil pero solo suspiré para coger una taza de café, acomodarla en la mesita de la sala y caer en el sofá con una de mis manos en mi frente.


-No sé como he podido hacerlo … Por un momento pensé que entraría en crisis de nuevo.- Me mordí los labios nada mas al recordarlo, antes no podía soportarlo, era imposible en la condición en la cual me encontraba, fue demasiado peligroso en ese tiempo, incluso una que otra terapia y pastillas que me tranquilizaban.


-Mejor ni recordar … Fue un mal tiempo, ¿No?.- Sonreí pero mi sonrisa era asustadiza, no quería recordar un pasado que quería olvidar; cerré mis ojos queriendo descansar hasta sentir el roce helado de la pequeña nariz de ese gatito que se acercaba a mi y se tumbaba al lado del sofá.


Reí un poco dejando que jugara con su nariz un poco, era realmente simpático y no dudé en tomarlo en mis brazos para llevarlo a mi habitación, lo mejor sería dormir un poco ya esa noche, era demasiado tarde y tenía muchísimo trabajo que hacer, la verdad, es que tenía una agenda demasiado ocupada, entre ello comprar los víveres en la mañana, unos muebles nuevos en la tarde y ya en la noche dedicarme por completo a mi trabajo.


-Buenas noches ...- Ya ese pequeño animal yacía dormido a mi lado, lo cubri por completo con las mantas para yo poder cerrar mis ojos y así al poco rato ser vencido por ese sueño que tenia acumulado hace dias.


La mañana ya estaba siendo demasiado helada cuando tuve que levantarme, era ese aire húmedo despues de la lluvia la noche anterior, mi cuerpo estaba demasiado entumecido y no quería salirme de la cama sinceramente pero tenía un horario que cumplir a toda costa, solo que ese pequeño animalito empezaba a hacer mi día un poco mas animado al verlo con la boquita abierta y su lengua se notaba demasiado, no pude evitar reír hasta que piqué delicadamente su nariz haciendole abrir sus pequeños ojos y empezar a maullar nada más por ello.


La mañana solo la dediqué a tratar de bajar esa fiebre molesta que tenía, creería saber que había cogido frío despues de estar demasiado tiempo bajo la lluvia así que debía de tratar de bajarla un poco para así poder de alguna manera estar mas estable y salir a comprar como lo tenía previsto.


-No quiero enfermar.- Dije eso con desánimo acariciando el lomo del pequeño minino, me tomé una pastilla junto con un buen baño caliente hasta que decidí salir de casa rumbo al combini mas cercano, fue realmente difícil comprar lo que necesitaba y de paso cargar las bolsas hasta casa, me sentía realmente mareado, era una sensación extraña, lo que menos quería era caer enfermo así que nada mas llegué a casa después de un rato me dediqué a dormirlo toda la tarde, la idea de ir a comprar esa tarde se había arruinado por ello pero no así iba a obstaculizar las ganas que tenía de ir al trabajo ese día, quería ver si volvía a correr un poco de suerte como lo que había pasado la noche anterior.




Mi corbata rodeaba my bien mi cuello, mis manos lucían realmente bien con ese anillo que le deaba un estilo más fino, delgado y perfecto, mis zapatos acorde con mi traje gris. Ya estaba listo pero excepto por algo que cambiaba en mi rostro.
-No puede ser.- Rozaba mis dedos finos en mis mejillas, estaban sonrojadas y ardiendo, no pude bajar la fiebre ni durmiendo toda la tarde por lo que debíaevitar cualquier contacto que dejase en vista mi fiebre reflejada en mis mofletes


-¡Ah, se me hace tarde!.-Vi la hora y me sorprendí, había pérdido tiempo mirándome al espejo y pensando en como ocultar mi molesto mal estado de salud que terminar de prepararme, pude ver aquel miníno durmiendo ya en mi cama, reí por lo bajo para dejarle en el plato algo de atún y leche, pensaba que esa noche no llegaría a casa hasta la madrugada así que era mejor dejarle un gran plato para después venir a verle en la tarde.


-Nos vemos.- Me despedí pero cuando salí de mi habitación tuve que aferrarme al mango de la puerta, cerré mis ojos esperando que ese pequeño movimiento se pasase, mi cuerpo tambaleó un poco pero pude recobrar mi estabilidad.


Tomé un taxi por cualquier riesgo, pensaba que llegando a pie o tomar el coche me iba a dar problemas; ya estaba frente a la puerta, sudaba un poco por los nervios hasta que pude traspasar la puerta y ver a los chicos saludarme y luego Tegoshi venir corriendo a mi encuentro, me abrazó refunfuñando de que se me había hecho tarde, que el negocio ya iba a abrir pero de inmediato me sorprendió cuando tocó mis mejillas esbozando un puchero.


-Estoy bien … No digas nada … por favor.- Se lo pedí, necesitaba el dinero tanto como él, debía de comprar los víveres, pagar la renta y esas cosas pero Tegoshi de inmediato empezó a regañarme por ser un descuidado.


-Viniendo con fiebre no vas a ganar nada, ¿Sabes que eso te quitará las ganas? ¿Sabes el riesgo de venir en este estado?.- Asentí suspirando por lo bajo, él me conocía y no me tomaba las cosas a la ligera cuando no me encontraba bien, pero esta vez hasta él estaba sorprendido que viniese en ese estado por lo que solo negó con un leve movimiento de cabeza.


-Debes de tener una buenza razón para venir así, ¿No?.- Ni siquiera yo lo sabía, ni idea de porque arriesgaba un poco mi salud solo para venir a trabajar, yo no era para nada así y luego él rió pero enseguida retomar esa expresión tan seria en su rostro.


-Si haces algo mal, te enviaré a casa, ¿De acuerdo?.

-Ni que fueras mi madre.- Ambos reímos a ese comentario cuando ya las puertas fueron abiertas y los primeros clientes ya entraban por ellas. Muchas chicas iban con mi compañero, él se lo tomaba muy a la ligera queriendo ligar con ellas, eran especie de modelos internacional al parecer, no dejaba de reír al ver esa expresión de exageración en mirarla por todas partes, le invitaba copas y demases; yo po lo contrario compartía una copa de vino blanco con una señorita muy fina, un precioso vestido de brillo violeta con toques de plateado, unos tacones altos de color negro y un pelo largo y liso que caía por sus hombros, no podía evitar el tocarlo y hacerla sentir sonrojada por mis acciones.



-He sido un atrevido, ¿No crees?.- Ella negó esbozando una preciosa sonrisa que luego me hizo copiarle pero luego su mano fue hasta mi mejilla, quería tocarla pero la detuve de inmediato, tomé su mano con suavidad para jugar un poco con sus dedos largos, esas uñas perfectas con un precioso color en ellas.


-Tus manos son suaves, ¿Lo sabes?.- Ella me pedía que no la halagase tanto, que realmente no podía dejar de estar sonrojada de que fuese tan atractivo y de paso un chico perfecto, ella no sabía de mi vida, solo era mi trabajo hacer bien a los demás, darles cosas que ellos pedían a gritos, un poco de atención y “sexo”; sus labios se acercaron a los mios de una forma peligrosa llamando mi atención, sonreí suave por ello respondiendo a ese beso, era suave, lento y prolongado, mi mano se posicionó en su cuello tomando un poco de su cabello entre mis manos pero al abrir un poco mis ojos pude ver a ese chico, sus ojos pegados en los mios buscando algna reacción, eso me hizo apartarme de ella de golpe y tener que usar el mueble del bar como amortiguador.


-¿Tan mal lo he hecho?.- Esa pregunta me dejó descolocado, no era su culpa, era mía, negué despacio para besar corto sus labios y pedir disculpas por esa mala respuesta, me disculpé nuevamente porque necesitaba mojar mi cara un momento, ya ese tambaleo no era normal.


Llegué al baño sujetando mi cabeza entre mis manos, el lavadero estaba frío que al roce de mis manos me quejé un poco, ¿Porqué cuando él esta cerca tengo que volverme un tonto?, ya no era normal, además que estaba mirandome, como si fuese de su propiedad, como si esos ojos café oscuro observaran cada movimiento que hacía ante él, una jugaba infiel para esa mirada penetrante que hizo dudar mi actuar; mi rostro ya mojado con esa agua completamente helada no ocultaba el sonrojo de mis mejillas, las rocé con mis dígitos cerrando un momento los ojos, quería olvidarme de ello, esa fiebre seguía molestando y tenía miedo de que me dominase por completo hasta que una mano cogió una de las mías, de inmediato abrí mis ojos notando esa mirada de hace unos instantes.
-¿Es qué … eres tan poco profesional que una fiebre o solo el hecho de mirarte tengas que huir al baño a aclarar tus pensamientos?.- ¡Diablos! ¿Porqué siempre encontraba las palabras necesarias para hacerte sentir peor?


-¿Qué quieres? Estoy ocupado ahora … Sabes.- Escuché esa risa divertida, yo había intentado antes alejarme de él, de alguna forma aún que existiera entre nosotros esa línea de cliente y trabajador, pero cuando actuaba de esa forma, tan atrevido y altanero me hacía dudarlo, me gustaba esa actitud aunque sonase algo extraño de admitir.


-Solo venía a dejarte algo ...-Dudé un poco en recibir ese “algo” pero esa beso en mi cuello me hizo dudar en seguir, recordar esas dos noches en que ya había saboreado más que mi cuello, escuchado mis gemidos y esa imagen erótica al tener sexo, lo peor es que con él yo era imposible de fingir, todo lo que me conllevaba a él era mi verdadera forma de comportarme.


Guiñó su ojo dejandome desconcertado, ¿Cómo quería que reaccionara a ello? ¡Idiota! Fue lo que pensé pero no pude articular, era definitivo, solo quería jugar conmigo así que olvidé todo y me dediqué a esa chica. Llegué a su lado besándola de una forma apasionada, hasta ella se había asustado por la forma en que mis labios se cortorneaban tan perfectos en sus labios, no dejaba de sonreír a ello hasta que ese chico miró hacia nosotros pero solo lo ignoré cogiendo ahora las manos de ella, deseaba poder llevarla a una habitación de hotel, disfrutar de otra noche sin compromisos y ya salíamos del local cuando se decidió. No dejaba de susurrarme cosas al oído, incluso morder mi oreja haciendo sentir mi cuerpo temblar un poco pero mi visa comenzaba a nublarse, trataba de aguantar, debía de hacerlo como mi deber de dar el mejor servicio. Sentía que el hoel estaba demasiado lejos y eso me tenía nervioso, quería aguantar lo que más podía, aquella chica no dejaba de abrazarme e insinuarse, parecer tan inocente pero todo iba a otro enfoque y muy bien lo sabía, apenas pasando la puerta a la habitación sus piernas querían abrazarme, no dejando que me separase de ella.


-Eres … Realmente rápida.- Sonreí hasta que me lanzó a la cama haciendome quejarme un poco, su pierna se dejaba ver de una forma descarada por el vestido corto y rasgado de una pierna, me mordí los labios al verle de ese modo, estaba sentada en mi cintura paseando sus manos descaradamente por mi camiseta hasta desabotonar cada botón de forma meticulosa, sus labios se dedicaban a besar mi cuello, era quería calentarme y lo estaba logrando pero luego ese calor comenzaba a ser aún más pesada.


Cerré fuerte mis ojos paseando mis manos por esas piernas suaves y finas pero no sabía porque recordaba a ese chico, como me dominaba en un momento, sus manos se habían memorizado mi cuerpo, siempre teníamos encuentros algo sorpresivos, que ninguno de los dos pensaba que iba a pasar pero esta vez no iba a pasar así, solo iba a dedicarme a ella y mi trabajo. Mi cuerpo ardía, esa calor de ambos cuerpos pedirse pero no era normal, ella ya jugaba a jugar con su cuerpo, tocandose ella misma mientras que me quedaba pasmado viendo su sensualidad pero no era igual, trataba de enfocarme en lo que debía de hacer pero ni yo mismo era capas. Mis gemidos eran notorios cuando jugaba de una forma juguetona con mi hombría entre sus dedos, ya ambos desnudos pidiendo a gritos tener intimidad pero casi no ponía de mi parte, me mordí los labios porque realmente no reaccionaba, me sentía realmente ahogado y hasta ella misma lo notó, me miraba enfadada, molesta, le arruiné la noche, esa en la que ella quería acostarse con un hombre sin compromiso alguno y comenzó a reciminarme muy enfadada; ella ya estaba vistiendo ese precioso vestido que me dejó boquiabierto al acercarse a mi en el local, yo me levanté asustado, estaba perdiendo a un cliente y no era bueno de mi, mi jefe se iba a enterar y sermonearme por ello, tomé su mano queriendo detenerla pero la zafó de inmediato, perdí el equilibrio callendo a la cama y notando como cerraba fuerte la puerta dejandola medio abierta, estaba tumbado en la cama con mi sábana apenas cubriendo mi trasero, todo me daba vueltas pero escuché como la puerta se cerraba con delicadeza, como unos pasos se acercaban a mi y quise disculparme con ella hasta que unas manos frías rozaron mi frente haciendo notar notoriamente la diferencia entre el frío y el calor.


-Con esta fiebre es imposible que trabajes bien … Tu calor te domina, tu cuerpo hierbe como nunca.- Esa voz, esos besos que se dedicaban a cubrir toda mi espalda, sus labios frío hacían que mi piel se erizase de inmediato, con una de mis manos me aferré a las sabanas y su mano se posó encima de la mía enlazando nuestros dedos.


-Tú estás helado ...- Se acercó a mi oído besando mi lóbulo, ya mi miembro comenzaba a doler, era increíble como es que apenas esos roces con él me hacían sentir tan desprotegido pero a la vez seguro entre sus brazos.


-No te preocupes, cariño … No seré un bruto, sé como te encuentra, lo molesta que es una fiebre, pero, mis ganas por hacerte mío crecen, es necesario para mi … Déjate llevar ...- Me giré un poco para ver su rostro, no era necesario mirarle para saber que era él, sus labios sellaron los mios en un beso húmedo, su lengua rozaba la mía, su boca la succionaba incluso separandonos por pequeños hilillos de saliva, no creía lo que estaba pasando, igual un juego de mi mente mareada pero me di cuenta de que no era así.


Nuestros cuerpos desnudos ya buscaban ese roce, su lengua inspeccionando justo en ese punto sensible de mi cuerpo que solo él conocía bien, me mordía los labios, gemía necesitado y él solo me llegaba a enviarme a un lugar que bien conocía de antes, un mundo solo de nosotros dos; sus manos paseaban por mi cuerpo, masajeando mis nalgas con rudeza pero a la vez una amabilidad que solo yo podía sentir, su mano fue a mi frente y luego a mis ojos para cubrirme un poco y incorporarme de al forma en que su hombría ya se deslizaba por mi interior haciendome gemir alto y doloroso pero mi voz fue cubierta por gemidos ahora sellados por sus labios.


-No tengas miedo ...-Su voz realmente sonaba diferente, ese agarre fuerte a su mano se fue aflojando dejandome llevar por él, esa sensación tan única en la que ambos comenzabamos a volvernos uno, esas embestidas adquirían un ritmo violento pero luego lento capturando toda mi atención, era delicioso, fascinante aunque mi cuerpo seguía estando caliente pero nada me importaba, él sabía bien como hacerme llegar a otro nivel, incluso hasta estando enfermo.


Ya caía casi desplomado a esa cama la cual no dejaba de rechinar, gemía necesitado por un poco más hasta sentir completamente su semen en mi interior, incluso escurriendose por mis piernas, yo ya me había corrido minutos antes que él y no pude más que caer a la cama, ya no podía aguantar, mi cuerpo temblaba, dolía e incluso vi una expresión de terror en su rostro al darse cuenta de como la fiebre ya era insoportable, nunca pensé en ver una expresión como esa en un precioso rostro joven y frío.


Algo frío cubría mi rostro y de paso mi frente, mi aliento era tibio pero menos que la noche pasada, escuchaba a alguien caminar por la habitación, hablando por el móvil al parecer, se notaba algo alterado y no dejaba de disculparse a cada momento, se sentó a la orilla de la cama para cambiar mi paño ya ahora tibio por uno más frío pero cuando sentí que iba a moverse nuevamente tomé su mano como una especie de acción rápida, me miraba pero no era capas de verle bien a la cara, entrecerraba los ojos queriendo verle, pedirle que no se fuese, que iba a recuperarme lo antes posible para desalojar el lugar pero en lugar de eso no le dije nada, volví a cerrar mis ojos no sin antes recordar unos labios suaves posarse en los míos a la vez de un apretón de mano y un suspiro que consistía solo en una palabra “Keii-chan”.


Abrí mis ojos al ya sentirme mejor, estaba solo y solo suspiré fuerte, comletamente desnudo pero ya la fiebre había bajado, eso era lo que más me dejaba tranquilo hasta que decidí por ir a darme una ducha, realmente la necesitaba, estaba sucio y además con ese aspecto aún convaleciente pero de igual forma ya un poco mejor.


Aún recordaba esos besos amables, esas caricias que seguían bien mi cuerpo, como me hacía setir la persona más afortunada pero despues de todo no era todo tan así, pegué mi frente al azulejo, debía tratar de separar esos sentimientos que sinceramente comenzaban a ser molestos, el como volvía a recordar un pasado que no quería volver a revivir, no quería; algo doloroso apretaba mi pecho, una memoria que deseaba perder alguna vez pero luego recordé algo, una voz llamandome de una forma tan gentil, eso me hizo sonreír un poco pero pensando que solo era producto de la fiebre y solo del sentido en querer escuchar ser llamado nuevamente de esa forma.


Ya secaba mi cuerpo cn una de esas toallas blancas, a la vez que arreglaba mi cabello después de vestirme por completo, debía de volver a casa, arreglar las cosas y de paso ver a ese pequeño minino, reí un poco, mi menten jugaba conmigo, imaginaba que mi casa estaría hecha un desastre nada más llegar pero más que tomarmelo mal reí de una forma graciosa.


-Será realmente gracioso pillarle con las manos en la masa.- No dejaba de reír hasta que cogí mi saco ya saliendo de esa habitación, en la recepción me encontré con que alguien ya habia pagado y eso llamó mi atención, ladeé un poco mi cabeza pero entregué la llave agradeciendo por todo, salí de allí escuchando mi móvil sonar y contesté encontrandome con la voz de un enfadado Tegoshi.


-Ah, vamos, no seas tan exagerado … Ya me encuentro mejor.- Hablaba en un divertido tono infantil haciendome reír de inmediato.


-¿Qué no sea exagerado? Recuérdame quien es el que estaba enfermo ayer, ¿Eh? Además que te fuiste sin decirme nada y eso me puso realmente peor … Yo ...- Sonreí al escucharle de esa forma, de paso pasé or una cafetería para desayunarme un café mientras iba a casa.


-¿Cómo te ha ido ayer con las chicas?.- Quise cambiarle el tema para que dejara de molestarme, para al menos saber como es que había ido el día de ayer.


-Me dirás que soy un ligón~.- Pero realmente lo pasé bien, de vez en cuando, deberíamos de acostarnos con chicas mas seguido~. Además de que con hombres … Es más … Uhm, diferente.- Rei al escucharle de ese moo y fue en que ibamos a quedar esa noche en el negocio para beber a medida que esperabamos clientes pero me dijo que no me esperase a pasarme con el vino, que aún seguía estando enfermo.


-Bueno, bueno~. Tengo que colgar, nos vemos en unas horas.- Me dijo que sí y terminé colgando para ya abrir la puerta de mi apartamento encontrandome con el dulce maullido de ese pequeño minino quien no dejaba de mirarme, rei por ello nada más hasta empezar a comprobar la casa, no había sucedido nada y eso era increíble.


No has hecho ningún desastre y eso es realmente increíble.- Reí de inmediato para servirle un poco de leche y unas galletas que había comprado en un negocio cercano de casa.


Pude verle pulular cerca de mi cuando ya depositaba esas galletas en el platillo viendole comer animado por ello, me hice un emparedado hasta caer al sofá ya un poco mejor, al menos esa molesta fiebre se había ido y me dejaba un poco más tranquilo.


-Ah~.- Fui capás de decir pero una pequeña hoja de papel calló hasta el suelo de madera, me impresioné un poco por ello notando que había estado en mi saco todo este tiempo, la tomé entre mis brazos, esas notas extrañas las cuales suponía que venían de ese chico, era ya un hecho de que provenían de él pero siempre me dejaban con una increíble incognita queriendo descifrarla, aún así sonreí nada más volviendo a leer nuevamente esa frase.


Porque tú eres la parte de mí
Que deseo no necesitar



No dejaba de leer aquello esbozando una pequeña sonrisa hasta que noté un pequeño sobre de color blanco en mi puerta, ladeé un poco ya que suponía que debia de ser una carta, reí leve por ello, era una cosa obvia pero cuando fui a leer el remitente mi cuerpo tembló no pudiendo creerlo.


-N-No ...- Tragué saliva forzosamente, eso no podía estar pasando.




2 comentarios:

  1. este capitulo me dejo muy confundida xD al parecer Koyama no tiene buena salud, y que es eso de su pasado que no quiere recordar? ahora la carta que apareció bajo su puerta... quiero el siguiente por que me quede con intriga jeje awww ese era Nyanta verdad? xD
    me gusta esa relación host-cliente que tiene con Shige, va más allá de eso, parece un acosador, siempre sabe como encontrarlo xDDD jeje ese cliente
    gracias Nagi Sama por este capitulo, lo estaba esperando ansiosa (y)

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  2. Me parece mentira que este sea por fin el capitulo ese que alla por principios enero me dijiste que solo te faltaba corregir! he tenido k volver a leer todo el fic para saber por donde iba! no puedes tener a tus lectoras asi, asi que espero que a partir de ahora subas los capitulos mas seguido, al menos no dejes pasar como 5 meses... por favor..

    Pues nada, ha estado interesante, ahora habra que ver que es esa carta que recibió Koyama, aunque quizas me puedo hacer una idea de por donde ira la cosa... aun asi, estaré pendiente de leer, asi que ya sabes!

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